Guerra y Paz

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Moeh Atitar de la Fuente

Periodista, fotógrafo y blogger. Más sobre el autor.

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Un año de la matanza israelí sobre Gaza

Moeh Atitar de la Fuente - Monday 28 de December de 2009

Hace un año Israel lanzaba la llamada operación plomo fundido. Bajo el pretexto de poner fin al lanzamiento de cohetes desde la Franja de Gaza, Israel, primero por aire y luego por tierra, lanzaba toda su fuerza contra uno de los territorios donde la densidad de población civil es la más alta del mundo. Mató a unas 1.400 personas, la inmensa mayoría de ellos civiles desarmados (unos 800, según cálculos de la ONU, junto a 250 policías y 350 milicianos de Hamás).

No solo fue eso, la muerte y la destrucción: Israel demostró su lado más matonil, demostró una vez más (esta vez sin maquillaje) que se salta a la torera todo el derecho internacional y sobre todo la decencia humana. Destruyó hospitales, bombardeó refugios conocidos y señalados de civiles y usó armas prohibidas como el fósforo blanco. Todas sus acciones fueron vistas ante los ojos de una Comunidad Internacional, que protestó, se indignó, como paso previo a hacer lo que hace siempre con Israel: mirar para otro lado.

No gobernaba el mundo por aquel entonces el flamente premio Nobel de la paz, Barack Obama. Parecía que esa era la carta de bienvenida al nuevo, y la despedida al saliente Bush, de ese “amigo y aliado” que tienen en los gobernantes de Israel.

Pero no olvidemos lo importante: la operación plomo fundido formaba parte de la campaña electoral de la entoces ministra de Exteriores israelí, Livni, que se tenía que enfrentar a un Netanyahu en cuya carta de visita figura el mayor menosprecio a la dignidad humana de los palestinos. Y el cálculo electoral de Livni le salió mal, porque Netanyahu ganó, por poco, las elecciones, y se alió con el utranacionalista Avigdor Lieberman, que no había perdido la oportunidad antes y durante la campaña electoral de pedir el exterminio de los palestinos.

En estos días transcurridos nada ha cambiado. O sí: la cosa ha ido a peor, aunque ahora no nos ocupe y casi no nos preocupe lo que pasa en Palestina. Los nuevos dirigentes israelíes (o simplemente los que relevaron a los anteriores, porque de nuevos tienen poco) se niegan a cualquier solución que pase un Estado palestino. Netanyahu niega hasta el reclamo del propio Obama (hecho con la boca pequeña, a tenor de los hechos) : no quiere ni oír hablar de un Estado palestino, y con la imaginación propia de alguien que solo sabe hacer engaños y triquinuelas, propuso un engendro para los palestinos, sin ejército, sin soberaní, sin Hamás (como si se pudiera borrar del mapa) y, por supuesto, sin dignidad alguna.

A Israel le ha dado igual que se hayan emitido varios informes en los que señalan que violó los Derechos Humanos y cometió crímenes de guerra. Le ha dado igual porque ha contado con el apoyo de todos. Veamos lo que dijo el relator de DD HH de la ONU, Robert Falk, profesor de Derecho en la Universidad de Princeton, al la ONU envió a hacer uno de tantos informes sobre lo que hizo Israel, y al que porsupuesto prohibió el acceso a la franja:

“Si no es posible distinguir entre civiles y militares, lanzar un ataque es ilegal y constituiría un crimen de guerra de la mayor magnitud según la legislación internacional. (…) El confinamiento obligatorio de la población en zona de combate debe ser considerado un crimen de lesa humanidad”.

El Consejo de Seguridad de la ONU también mandó al juez Richard Goldstone, que conluyó que la operación israelí iba dirigida deliberadamente contra la población civil, y de paso, como no, aseguraba que el lanzamiento de cohetes sobre Israel, podía ser también “equiparables a crimenes de guerra”, por eos de equilibrar las cosas, pese a que los 778 cohetes causaron mucho terror, y mataron a 4 civiiles israelíes ¿Dónde está la proporcionalidad?

Estos informes no sirvieron de nada, porque la ONU deicidió que este informe no tuviera carácter ejecutivo, con lo que no se podía iniciar un proceso internacional contra los responsables. Se demostraba, así, una vez más, de que Israel tenía carta libre para pisotear sin ninguna consecuencia los Derechos Humanos y matar a civiles a discreción.

Desde aquí, desde España, Israel también recibió primero una mala noticia, y enseguida el Gobierno del PSOE la convirtió en una excelente noticia. El juez Andreu, de la Audiencia Nacional,  iniciaba una investigación sobre un bombardeo en Gaza que acabó con la vida de 14 civiles. Andreu acusaba a siete altos cargos militares, entre ellos el ex ministro de Defensa Benjamín Ben-Eliezer. Al tratarse de un delito de lesa humanidad, el juez se veía respaldado con la leyes españolas, que permitían investigar estos hechos si no había una causa abierta en el lugar donde se cometieron. Israel montó en colera, y llamaron enseguida al ministro Morantinos, que prometió cambiar la ley: Así lo contó la entonces ministra de Exteriores israelí, Livni: “El ministro Moratinos me acaba de decir que España ha decidido cambiar su legislación relativa a la jurisdicción universal y que esto puede evitar los abusos del sistema legal español (…) Creo que es una noticia muy importante y espero que otros países europeos hagan lo mismo”. Dicho y hecho: el PSOE, aliado con la derecha, usaba una ley para reformar juzgados para limitar la jurisdicción solo a los casos cometidos fuera de España en la que estuvieran implicados españoles. No se sabe si el Gobierno de Zapatero mandó antes el borrados a Tel Aviv para ver si era de su gusto, pero desde luego el Gobierno, de presunta izquierda, quedaba a la altura de las pezuñas. Consecuencia: La Audiencia Nacional decide el 30 de junio cerrar la causa antes de que se la manden cerrar.

¿Dónde quedaba aquel Zapatero mitinero que se puso un pañuelo palestino al cuello y que le llovieron las críticas desde la caverna? Nada de nada, su Gobierno ha dado un paso más y ha firmado un acuerdo de cooperación entre la industria militar española y la israelí. El buenismo del jefe del Ejecutivo seguro que le lleva a pensar que España venderá solo tirachinas al Tel Aviv, arrancándole el compromiso de que no se use contra los palestinos. ¡Ja!

Los 1.400 muertos fueron los únicos que descansaron. Son los que han visto el final de su historia. Los que sobrevivieron a las bombas, sobreviven al asedio. La destrucción de las bombas dejó las de por sí paupérimas infraestructuras de Gaza reducidas a la nada. Israel continúa su bloqueo, y no ha dejado pasar el material de construcción necesario, porque sostiene que el hormigón, los ladrillos, el asfalto, puede ser usado por Hamás para atacarle.

La parte de la reconstrucción tiene un punto de humor. La comunidad internacional, ya con el EE UU de Obama al frente, convocaba una conferencia de donantes en Egipto. Y mandaba al frente de su delegación a Hillary Clinton, su secretaria de Estado, que hacía unos años tenía cierta simpatía hacia los palestinos (sin exagerar) a la que renunció porque sin el voto judío no podía obtener su puesto de senadora, empleándose a conciencia en ser una buena amiga del estado hebreo. Pues los reunidos en Egipto (el país que ayuda al bloqueo de la Franja de Gaza manteniendo cerrado su paso) acordaron una lluvia de millones para reconstruir Gaza: poco más de 3.500 millones de euros, en una conferencia que parecía un “quien da más”. Estas ayudas quedaron en cero, porque Isreal sigue manteniendo su bloqueo, y nadie hace nada para que esto cambie. Todo va a peor.

Para que los palestinos no olviden lo matón que es Israel, este fin de semana mataba a seis militantes de Al Fatah. Tres de ellos, según Israel, estaban demasiado cerca del muro de la indignación en Gaza, y se los cargaron. Los otros tres, en Nablus, Cisjordania, estaban acusados de haber matado días atrás a un colono hebreo. El estado demoocrático y de derecho de Israel iba hasta sus casas y ejecutaba, sin juicio previo alguno, a los tres.

Y la cosa sigue igual de mal: Israel no parará la construcción de nuevos asentamientos de colonos, y el canje de prisioneros de los palestinos está más que congelado por la misma actitud matonil que ha conducido la política de Israel hacia los palestinos.

PS: Desde aquí me sumo a esta iniciativa, que pretende marchar, de forma pacífica sobre Gaza para poner fin al asedio israelí.

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