Weegee’s Gran Vía
Saturday, March 7th, 2009
Weegee fue el retratista del Nueva York de la Crisis del 29, de toda la década de los deprimentes años 30, y del resurgimiento tras la victoria en la Segunda Guerra Mundial. Los cortesanos de la vía de Nueva York desfilaban por delante de su objetivo: policías, ladrones, violadores, prostitutas, travestidos, payasos, mecenas de las artes y muchos cadáveres con los que nutría a los periódicos de la Gran Manzana.
Weegee, a golpe de la banda sonoro que marcaba los avisos de la policía que el escuchaba en la radio instalada en su vehículo llegaba siempre al lugar de los hechos, hechos como un levantamiento de un cadáver agujereado por las balas del hampa , la redada contra un grupo de hombres vestidos de mujeres, el incendio de una casa con los despavoridos vecinos en pijama…pero también el circo, una noche en la ópera, las manitas en la oscuridad del cine, o la fotografía de un grupo de muchachos remediando el calor del verano con un grifo de bomberos que solo son notorios en las grandes ciudades americanas. La mayoría, con la calle como fondo, casi siempre de noche. Fogonazo de flash obligado.
Se ha escrito en prensa mucho sobre esta exposición. Hay una tendencia actual en intentar ganar la agenda cultural, y ofrecer el primero la novedad de una exposición. Muchas veces esa exposición ni ha sido montada, y mucho menos visitada por quien escribe la reseña. Resañas documentadas, bien hechas, desde luego, pero que no han palpado lo que el público va a ver.
De esta exposición decir que la cabina antiquísima del ascensor que te sube al tercer piso del edificio de Telefónica — entrada por la calle Valverde — te traslada ya al contexto de la exposición. Si tienes suerte te llegará el intento de jazz que toca el cuarteto de gitanos desde la Gran Vía. Empieza entonces la aventura de marcar un circuito por la exposición, organizada por temáticas, no en una secuencia temporal. No hay manera de verla ordenada si uno no adivina donde empieza y donde termina cada una de las temáticas. La magia nueyorquina se va al garete cuando ves que la gente mantiene conversaciones a grito pelado, y te das cuenta que Weegee’s New York está en la Gran Vía de Madrid, España. Uno no entiende porque en el Prado, delante de cuadros de Goya, de Velázquez, el público guarda un susurro de silencio respetuoso, y en las exposiciones de fotografía toman la aptitud de estar en un bar con los amigos.
La Fundación Telefónicaha acertado en traer la que creo que es la primera exposición en España dedicada en exclusiva a Arthur Felling (1899-1968), Weegee de fotógrafo. Y ha acertado en poner un precio razonable al voluminoso catálogo de la muestra: 30 euros.
Otros dicen:
— Weegee’s Nueva York en Madrid.