Poca guerra en el Instagram de los Assad
Moeh Atitar de la Fuente - Friday 6 de September de 2013
Asma Al Assad rivalizaba hasta hace bien poco con Rania de Jordania por el título de la máxima elegancia en Oriente Próximo. Al menos iban a mejorar, con total seguridad, la belleza de sus sendas estirpes. Lo tenían bastante fácil.
En diciembre de 2010, con su marido ya reprimiendo manifestaciones en las calles, la revista Vogue le dedicó un inexplicable artículo: ‘Asma, la rosa del desierto’. Para más inri, el fotógrafo que firmaba las dulces imágenes era el afamado James Natchwey, curtido en guerras. Por 5.000 dólares una agencia de relaciones públicas de Washington había puesto en contacto a los Assad con la publicación, según el NYT.
Año y medio más tarde, la todo poderoso editora de Vogue, Anne Winrtour, se disculpaba en un comunicado sobre este artículo. La periodista que firmó la pieza no fue renovada, y como acto de despecho, contó lo que no había contado de la entrevista. Todo un sainete periodístico.
Asma Al Assad ya no es glamurosa. Las revistas de moda ya no se fijan en ella. Se había llegado a especular con que ella y sus hijos habían abandonado Siria. Lejos de ser real: la primera dama, la rosa marchita del desierto, sigue siendo la imagen del régimen, y donde más la explota es en la red social Instagram. La vida sigue y de aquí no nos mueven, parece el mensaje propagandístico que quieren lanzar al mundo, entregando premios a los bachilleres que mejor nota han sacado en el bachillerato. Si pueden estudiar, ya saben, aquí no pasada nada.
Esta solo es una pequeña muestra. Pasen y vean. Llama la atención que en ninguna imagen aparece junto a su marido, que en este Instagram aparece reunido con ministros iraníes, visitando a las tropas o siendo aclamado por las masas.
El Instagram es pura propaganda, como lo puede ser cualquier Instagram de un político, con la salvedad de que esta es propaganda pura de guerra de un dictador. La elección de una red social como Instagram sorprende. En cualquier momento puede ser cerrado – la empresa es estadounidense – pero a la vez los comentarios están abiertos, lo que da rienda suelta a que detractores y seguidores.
Tampoco les pidan un sentido estético a la oficina de propaganda: ninguna de las fotos tiene filtro alguno. Mejor así. Más crudo todo.