Túnez y la Transición española
Wednesday, January 19th, 2011
En cuánto hay una oportunidad de que la democracia triunfe en un país, acudimos raudos y veloces a la referencia más próxima (y casi única) de transición de una dictadura a una democracia: el caso español.
Túnez no se escapa a esta comparativa. Y, aunque sea un tópico, las comparaciones son odiosas y distorsionadas.
El 20 de noviembre de 1975 murió Franco, pero no se fue con él su sistema. Los Principios Generales del Régimen seguían vigentes. Desde dentro, con el papel de líderes políticos formados dentro del régimen — el Rey y Suárez, principalmente — se fue desmontando poco a poco las estructuras hacia la democracia, con la legalización de los partidos, la promulgación de una nueva Constitución, etc. Los partidos de la oposición — principalmente el Partido Comunista y el PSOE– tenían una estructura sólida, jerarquizada y extendida, que permitió tener con quien dialogar y pactar, y que estos se vieran legitimados por el apoyo con el que contaban.
No veo casi ningún paralelismo claro con el caso tunecino. En el país magrebí ha sido el hastío de la sociedad, una revuelta popular, la que ha acabado con la dictadura de Ben Ali. La corrupción, la falta de expectativas, el inmovilismo del régimen y el papel fundamental del Ejército — que le mostró a Ben Ali la puerta de salida — han terminado con el dictador, pero no con el sistema. Han pretendido liderar lo que han llamado transición el primer ministro de Ben Ali, nombrando un ejecutivo que se ha caído en apenas 24 horas, porque la calle ha reclamado la salida de todo elemento perteneciente a la dictadura. Es sonrojante que el primer ministro Ghannouchi hable de perseguir a los corruptos, de transición hacia la democracia, cuando él mismo ocupaba una parte central y fundamental en el régimen de Ben Ali. La contestación popular que ha acabado con Ben Ali, impide que sean los propios líderes del régimen los que lideren una transición. Se desconoce también cuál es realmente la capacidad de los diezmados partidos políticos de la oposición. De momento quién se libra de toda esta quema es el Ejército, una institución a la que Ben Ali marginó, precisamente por temor a que le derrocaran. Queda por ver si es el Ejército quien lidera el desmatelamiento del régimen; pero no puede caer en un caudillaje eterno; su papel debería se el de crear y fomentar las garantías esenciales para que la sociedad tunecina decida su futuro de manera democrática.
Si en España comparamos el caso tunecino con nuestra Transición, en Francia miran un poco más lejos: “El año 1789 de la revolución tunecina“. Más allá del titulo merece la pena leer esta entrevista al historiador francés Jean Tulard en Le Monde. :
La révolution, elle, prône un changement radical d’hommes, d’institutions, de façon de penser. Pour prendre l’exemple de la Révolution française, le soulèvement était prévisible et ses objectifs connus : égalité, à travers l’abolition des privilèges, suppression des droits féodaux qui pesaient sur les paysans, fin de la monarchie absolue. Le modèle tunisien ne correspond pas à ce schéma, puisqu’il a débuté et perduré sans leader ni assise idéologique.
Mais il suit une trajectoire parallèle à celle de la Révolution française qui rend les deux événements assez comparables. La Révolution est elle aussi passée par une phase d’émeutes avant de pénétrer les esprits d’une part plus importante de la population, comme le 14 juillet 1789 ou le 10 août 1792. Des émeutes de la faim et du chômage, comme en Tunisie.
Une révolte peut donc engendrer une révolution. Pour cela, il faut que les exaspérations de départ trouvent un écho avec des aspirations plus profondes concernant l’ensemble du pays, et non plus un territoire limité. C’est ce qui s’est passé à l’été 1789, quand les paysans français, sans bien comprendre ce qui se passait à Paris, se sont armés et ont pris d’assaut les châteaux des nobles. C’est aussi ce qui s’est passé en Tunisie, ou la révolte a commencé à Sidi Bouzid, loin de la capitale, avant d’essaimer dans tout le pays.
(…) Pour filer la comparaison, la Tunisie est sans doute en train de vivre l’année 1789 de sa révolution – qui correspond, pour la France, à la mise en place d’une Assemblée nationale constituante encore dominée par les nobles. L’heure est, en 1789 comme aujourd’hui en Tunisie, à l’enthousiasme, aux espoirs de réforme les plus fous.
No tan al margen.
— Los que faltaban: la agencia de calificación Moody’s ha rebajado un escalón la solvencia soberana de Túnez: “Moody’s ha degradado de Baa2 a Baa3 la deuda soberana de Túnez y ha cambiado la perspectiva de estable a negativa”. La agencia justifica la decisión por “la inestabilidad del país, debido al reciente cambio inesperado de régimen, debido a una crisis política que ha empezado por motines sociales”.
— France 2 hace una disección de los negocios de la familia Ben Ali y de su esposa.
— El depuesto (y la depuesta), en una imagen familiar que circula por Twitter: