Afganistán, silencio por decreto
Moeh Atitar de la Fuente - Wednesday 19 de August de 2009
Sabemos que Afganistán es una democracia. Votan. Y con eso vale. Mañana los afganos registrados para votar tiene la suerte de acudir a un colegio electoral con la amenaza de los talibanes sobre su cabeza. Queda la incógnita de saber si Karzai se hace con la victoria en la primera vuelta, o el proceso de elección se prolonga hasta la entrada del otoño. Karzai no ha tenido ningún escrúpulo para ganarse la reelección: primero, elige a un señor de la guerra como compañero de candidatura; luego, da vía libre al retorno de otro sanguinario, Abdul Rashid Dostum; sin olvidar lo que hizo antes y después con la minoría chií – hazara: elevar a texto de ley tradiciones aberrantes contra las mujeres. Todo ello jalonado con las críticas de la ONU y sus aliados, que no han servido para nada.
Lo que viene a ser la democracia afgana (por la que, cabe recordar, los países de la OTAN, han enviado aún más soldados para garantizar la seguridad en el proceso electoral) se ha sacado hoy un decreto ley que prohíbe la transmisión de noticias violentas durante la jornada electoral. “Hemos tomado esta decisión por el interés nacional de Afganistán para alentar a la gente y levantar su moral para que salgan a votar (…) La decisión controlará el impacto negativo de los medios. Si algo pasa, preveniremos para que no se exagere, así la gente no estará asustada para salir y votar”, dice un portavoz de Karzai.
El control al que se refiere pasará, en el caso de los medios extranjeros, a enviar al ministerio de Información (es decir, de control y censura), una versión en dari (la lengua mayoritaria) de los textos, en los que estará estrictamente prohibido dar noticias sobre hechos violentos.
Nos rasgamos las vestiduras por la censura en la jornada electoral. Pero solo es una arista. En un país atemorizado por la guerra (por un lado los “daños colaterales” de la OTAN y por otro lado la salvaje intransigencia y violencia medieval de los talibanes), que haya censura el día de la votación es lo de menos, pero no deja de ser significativo en la cacareada democracia, concepto y realidad política que cada día se degrada más porque ciertos de sus defensores nos venden que todo se reduce a elegir a los representantes, y se olvidan de la vertiente de los Derechos Humanos. Con que voten es suficiente.
El panorama postelectoral puede dar una situación aún más caótica. No es dificil pensar que, si Karzai gana en la primera vuelta, alguno de sus rivales (especialmente el segundo en liza, Abdulá Abdulá) protesten por los resultados, y se la añada al paisaje de guerra, de intransigencia, revueltas callejeras contra el electo.
Por suerte, la principal agencia de noticias no oficial ya ha dicho que piensa saltarse la prohibición e informar: http://www.pajhwok.com/
Hoy Obama insistía en que la guerra es necesaria para combatir el extremismo, pero se refería al de los extremistas no complacientes, el de los señores de la guerra afganos o el de la familia real saudí, por poner dos ejemplos, merece elogios y recompensas.
Por mucho que a algunos les moleste, ésta ya ha dejado de ser la guerra de Bush y ahora es la de Obama.