Guerra y Paz

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Moeh Atitar de la Fuente

Periodista, fotógrafo y blogger. Más sobre el autor.

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Europa y sus eternas crisis

Moeh Atitar de la Fuente - Thursday 21 de June de 2007

Bandera de la Unión Europea“Europa se construye con dos pasos adelante, y uno atrás”. Es una frase que se atribuye a muchos políticos europeos, entre ellos el padre de todo el tinglado: Robert Schuman.

Hoy empieza una nueva cumbre europea (Consejo) donde parece que todo está al borde del abismo, porque los líderes europeos se tienen que poner de acuerdo para aprobar un nuevo tratado.

Este nuevo abismo empezó a fraguarse cuando Francia y Países Bajos rechazaron en referendúm “El Tratado por el que se establece una Constitución para Europa”. Con esos dos rechazos, se echó el freno, para que la UE no quedará en ridículo (si bien recordar que después de estos dos rechazos, por inercia programada, otros países aprobaron en sus parlamentos el papel mojado del Tratado).

El Tratado tenía lindezas como esta: “En virtud del principio de subsidiaridad, en los ámbitos que no sea competencia exclusiva de la Unión intervendrá solo en caso de que, y en la medida en que, los objetivos de la acción pretendida no puedan ser alcanzados de manera suficiente por los Estados miembros, ni a nivel central ni a nivel regional y local, sino que puedan alcanzarse mejor, debido a la dimensión o los efectos de la acción pretendida, a escala de la Unión.”

No se esfuercen en entenderlo: está pensado en clave chamánica para que solo lo entiendan unos pocos afortunados, y no los ciudadanos.

Pero volvamos a la actualidad, con la Cumbre que empieza esta tarde noche en Bruselas: “Europa: la cumbre de la última oportunidad”, titula Le Monde; “Los jefes de Estado de la UE se reúnen en Bruselas para afrontar la reforma del tratado constitucional entre agudas diferencia”, titula La Vanguardia; “Los líderes europeos se enfrentan a Reino Unido y Polonia para poner fin a la parálisis de la UE”, titula El País; en 20 minutos: “Zapatero rechazará en la cumbre de Bruselas que se desvirtúe la esencia del antiguo Tratado de la Unión Europea”. Y así un largo etcétera.

“Agudas diferencias”, “rechazo”, “enfrentados”, “última oportunidad”…palabras escuchadas en otras crisis que terminan en acuerdos mínimos que llevarán a otra crisis dentro de un par de años. ¿Hasta cuándo? ¿Quién le cantará las cuarenta a los no europeístas?¿Hay en Europa algún líder que piense en clave europea y no nacional?¿ O todo se trata de ser europeísta hasta que el otro no se lleva más de lo que te llevas tu?

En esta cumbre dos países van a dar la nota: Polonia y Reino Unido, conocidos por su sentimiento europeísta.

Polonia tendría que haber sido amonestada (cuando no expulsada) por su violación sistemática de derechos fundamentales, como la persecución a la homosexualidad y a los comunistas, que ha alcanzado hasta los Teletubbies y a Kapuscinski .

Los dos gemelos que gobiernan Polonia (parece dos personajes ideales para ser los malos de una película de James Bond) quieren un nuevo sistema de votación, con una ponderación que les beneficie solo a ellos.

Reino Unido ha centrado su diferencias en las competencias que tiene el representante europeo de política exterior, cargo que creado para y ocupado por Javier Solana. Además, nunca le ha gustado la posible política de defensa común europea, porque su apuesta es Estados Unidos en materia de Defensa, y todo lo que sea dividir a Europa en esta materia será bienvenido en Londres y aplaudido por Washington.

Puede que sea solo una estrategia para conseguir un objetivo: que Blair sea el primer presidente de la Unión Europeo, cargo que como ven no decidirán los ciudadanos sino los líderes.

El problema de Europa radica en que está lejos, muy lejos de los ciudadanos europeos, si es que existe una ciudadanía europea. La clave, más allá de sesudas y difíciles negociaciones y consensos, está en despejar si los ciudadanos queremos ser europeos. Los líderes europeos podrían empezar por ellos mismos, y quien solo quiera Europa para lo que es ahora (bastante alejada de la unión política) que se quede fuera si tibiezas.

Y, aunque nos parezca trágico, a la mayoría de los europeos les importa, con el perdón, un bledo lo que pase en el Consejo que empieza hoy y en las que vendrán mañana.

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