Dicen que los argentinos presumen de haberlo inventado todo. Un absurdo que algunas veces tiene algo de verdad. Sucede con el nuevo periodismo: nueve años antes que Truman Capote lo inaugurara bombo y platillo con A Sangre Fría, un argentino escribió una novela que respondía con creces a los rasgos de ese estilo fresco, que funde periodismo y novela.
Operación Masacre (1957): así se llama el libro de Rodolfo Walsh (1927 – 1977), ese argentino que adelantó a Capote. Narra los fusilamientos de José León Suárez. A través del testimonio de varios supervivientes Walsh reconstruye la escalofriante historia de abusos por la que un grupo de personas es conducida a un descampado para ser ejecutados, al margen incluso de una ley marcial. La novela — o más bien el gran reportaje — es un alegato contra la servidumbre de los periódicos de la época que silenciaron los hechos y un denuncia al poder, que logró que los culpables salieran impunes. Pero sobre todo es el esfuerzo de un periodista por llegar a esa meta que llaman verdad, y que nunca se alcanza a atravesar del todo.
La propia biografía de Walsh es también escalofriante, se movió entre la política — fue peronista, perteneciente a los Montoneros — y la escritura. La carta abierta de un escritor a la junta militar (“estas son las reflexiones que en el primer aniversario de su infausto gobierno he querido hacer llegar a los miembros de esa Junta, sin esperanza de ser escuchado, con la certeza de ser perseguido, pero fiel al compromiso que asumí hace mucho tiempo de dar testimonio en momentos difíciles”) fue su sentencia de muerte: en marzo de 1977 desapareció, y hay testimonios de supervivientes de la Escuela de Mecánica de la Armada que aseguran que su cadáver, acribillado a balazos, fue exhibido al resto de presos. “Rodolfo Walsh, o como no ser un hombre cualquier”, artículo de Leíla Guerriero en Babelia, fue el que me descrubrio Operación Masacre que por primera vez — ¡¡ 51 años más tarde!! — se publica en España por 451 Editores.